sábado, 18 de julio de 2009

“¡Uno, dos, tres; putas, sí: ¿y qué?!”

En la enorme marginalidad urbana de la deteriorada capital guatemalteca, hay un viejo sector que se llama La Línea, formado por miserables viviendas diminutas que forman filas a cada lado de la vía del ferrocarril. Aquí, unas doscientas prostitutas ejercen su oficio por US$2.50 la sesión, en medio de perros famélicos, basura acumulada, polvaredas furiosas y el acoso perenne de delincuentes, policías, maridos celosos y evangelistas vociferantes que les anuncian con lujo de inquina su condenación eterna.

Sobre estas mujeres trata Estrellas de la Línea, un documental del español Chema Rodríguez, cuyo personal instó a algunas de estas prostitutas a formar un equipo de fútbol que inscribieron en un torneo auspiciado por la inculta burguesía paraoligárquica local, y en el que enfrentaron a un equipo de chicas de “buena familia” llamado Ice Devils.

Su expulsión del torneo por su condición de prostitutas inició un periplo reivindicativo de condiciones laborales adecuadas para su oficio, que también fue recreativo, pues jugaron fútbol contra otros equipos de prostitutas e incluso contra uno de mujeres policías.Los realizadores crearon la situación que les sirvió de base para hacer visible un conflicto soterrado que a su vez les permitió construir un argumento sobre la marcha, el cual, al picarle la cresta a las buenas y a las malas conciencias de una sociedad que hace como que respeta valores hipócritas, se constituyó en un pequeño escándalo local que indignó a los mojigatos y fariseos de siempre.

Al filmar todo esto, los realizadores no solo desnudaron una vez más el conocido drama humano del ejercicio de la prostitución en condiciones materiales degradadas, sino mostraron una moralidad que por brotar directamente de la marginalidad, se ubica por encima de los convencionalismos hipócritas sobre los que está construida la civilización occidental y sus remedos tercermundistas.

Por medio de un montaje con agudo sentido del ritmo estructural, los realizadores convirtieron un material audiovisual sin pies ni cabeza en un historia que se narra a sí misma por boca de sus protagonistas y que, al hacerlo, devela un entramado social desbordante en injusticia, corrupción e hipocresía, convirtiendo por momentos a La Línea en una metáfora de la Centroamérica actual, socialmente degradada y cuyas emblemáticas capitales son ya meras prolongaciones de sus enormes y abigarrados mercados, en los que confluye el transporte extraurbano con toda su avalancha de miseria humana, y en donde crecen silvestres los niños de la calle, los travestis incomprendidos, las verduleras vociferantes, los sigilosos vendedores de crack, los mendigos, los adictos, las colegialas de calcetas y uniforme y las siempre sonrientes fuerzas de seguridad.

El filme también nos muestra La Línea como una radiografía del alma enferma de Guatemala, pues la trama se mueve en un espacio en el que la falta de trabajo, la violencia, las mentalidades discriminatorias y a la vez melodramáticas, así como la miseria material, conviven con la entereza de hombres y mujeres pobres que, en primera línea de marginalidad, trabajan, educan a sus hijos, sufren, aman y cantan en medio de la podredumbre social y de espaldas a las buenas y malas conciencias que andan por ahí tratando de “salvarlas del pecado” en lugar de apoyarlas en su lucha por condiciones adecuadas de trabajo, en vista de que –como dice una de ellas– cumplen una importante función de distensión en la sociedad, aunque las conciencias farisaicas lo nieguen.

La Línea también puede verse como una cabal metáfora del modelo económico fracasado de la oligarquía y como el producto de la alegre ignorancia con la que explota y “gobierna” su finca, a la que con lujo de pompa suele llamar país e incluso nación, haciendo gala de un conocido cinismo bienpensante para el cual la economía despegaría como un cohete si tan solo amáramos a la patria lo suficiente y le cambiáramos su feo y maligno nombre por el más bonito de GuateÁmala.















1 comentario:

  1. A poco no se ve chingón?? =D

    Me encantó el trailer, qusiera ver el documental =(

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